En el medio de los aumentos de precios, las fábricas y comerciantes se las arreglan como pueden para no perder ventas y contentar a sus clientes.

Cada día es mas frecuente encontrar en las góndolas productos lácteos, que, si bien están habilitados por el Código Alimentario Argentino, en su composición tienen muchos menos nutrientes que su “versión original”.

Se da en alimentos lácteos que supuestamente suplen a yogures, leches, leches chocolatadas o quesos, pero que no lo son, en su presentación no se advierte claramente a los consumidores que están comprando otra cosa.

Aparecieron en el mercado pseudo leches; se trata de alimentos habilitados por el Código Alimentario Argentino, pero que en lugar de ser 100% leche tienen un porcentaje de leche y otro de agua.

Como también es en el caso de los quesos, el queso procesado, queso re-elaborado o queso fundido, es un producto lácteo realizado a partir de queso y a veces de algunos productos lácteos fermentados a los que se añade un emulgente, algo de sal y algo de colorante alimenticio.

Estas son las nuevas ofertas con que los consumidores se encuentran en las góndolas de los supermercados al momento de comprar estos alimentos básicos para la alimentación.

Claramente el objetivo de todos estos productos parecidos a los reales es bajar el costo.

Por lo general, los consumen personas de bajos recursos que no pueden comprar primeras marcas.

Son personas que se están “mal nutriendo” pensando muchas veces que consumen queso, leche o yogur, por desconocimiento o por no leer las etiquetas de los alimentos.