La ceremonia se realizó en el marco de los eventos por el 95° Aniversario de Río Grande. El acto se realizó en la costanera, frente a la sede municipal y fue encabezada por la concejal María Eugenia Duré, los integrantes del Gabinete municipal, acompañados por la comunidad salesiana.

El Municipio de Río Grande realizó un depósito de una ofrenda floral en la figura de cuerpo completo que está en la costanera, a la vez que los presentes realizaron un minuto de silencio.

Al hacer uso de la palabra, la profesora Gabriela Castillo, secretaria de Promoción Social, resaltó rasgos del fallecido sacerdote manifestando que “recordar al Padre Zink es recordarlo con alegría, recordarlo con esa sonrisa que llevaba siempre en su misión diaria y como hombre de campo, él no coleccionaba mates, coleccionaba amigos porque a través del mate él llegaba con una palabra de aliento, de esperanza, de entusiasmo por la vida en Cristo”.

“Decimos que el Papa Francisco vino a dar vuelta a la Iglesia, pero lo cierto que en el Padre Zink ya teníamos esta forma de vivir en Cristo, compartiendo la palabra, compartiendo el testimonio de su vida, compartiendo ese lazo amigable, ese abrazo, siempre con un aliento, tanto en su vida pastoral en La Misión como en el campo”, elogió la profesora Gabriela Castillo.

Asimismo destacó que “sea de a caballo o en su camioneta, él llegaba a todos, hasta en los lugares inaccesibles”.

El padre José Zink nació en La Pampa el 1 de marzo de 1923. Pasó su niñez en el campo y a los 33 años llegó a Tierra del Fuego para trabajar en La Misión Salesiana. Desde sus inicios mostró gran amor por la vida de campo, por los caballos, queriendo tanto a esta tierra como aquella que lo vio nacer, mostrándose identificado con la misma y con los paisanos.

Su carisma transmitió una gran admiración en la gente que lo conoció y con el tiempo llegó a ser presidente de la Federación Gaucha.

También fue declarado en vida ‘Ciudadano Ilustre’ de Río Grande y recibió un premio del entonces presidente de la Nación Carlos Menem.

El 3 de julio de 2004 un accidente de tránsito en la zona del Cristo, puso fin a una fecunda vida de servicios y hoy distintas instituciones y monumentos lo recuerdan, incluso el Centro de Gestión Participativa de Chacra II, lleva su nombre.