La convocatoria de la Unión Obrera Metalúrgica de Río Grande bajo el lema “por el derecho soberano a seguir habitando la provincia” apuntaba a defender el régimen de promoción industrial del supuesto pedido del FMI para recortar este tipo de beneficios impositivos.
La jornada de lucha resultó en una escasa convocatoria al llamado del sindicato metalúrgico que encabeza Oscar Martínez, que solo presentó grupos de delegados de fábrica, con nulo apoyo de los trabajadores desde las bases.
A esto se sumó un grupo de los gremios de SUTEF y el Centro de Empleados de Comercio, además de contadas personas del gremio docente universitario ADUF, el gremio de músicos SADEM y una minúscula representación de la Izquierda.
Un número aproximado de 200 personas marchó desde la Plaza de las Américas hasta el centro de la ciudad, donde se leyó un documento cerrándose la jornada que deja una vez más en evidencia el descrédito total hacia las asociaciones sindicales.
