A partir de estos desplazamientos, en razón del inicio de un sumario interno, se generó un importante descontento en las filas policiales que se tradujo a partir del lunes por la mañana con el faltazo de una importante cantidad de efectivos a sus guardias como muestra de disconformismo con la decisión adoptada.

 

Las ausencias por “razones médicas” se reiteraron en la jornada de sábado por la madrugada e incluso se debió recargar a efectivos para cumplir con los servicios de seguridad y prevención.

 

El descontento de los efectivos reside en que la medida se adopta cuando siquiera todavía está comprobado que el hecho tuvo lugar en la comisaría Tercera o si fue producido con posterioridad.

 

Estas sospechas planteadas por el personal policial fueron confirmadas en sede judicial, donde si bien se determinaron las lesiones por parte del forense Juan Avalos, un certificado médico y una biopsia que indicará si el tejido del joven recibió electricidad; aún resta confirmar si las graves lesiones fueron producidas dentro del período de detención.

 

Para ello resultarán trascendentales los testimonios de un médico y dos enfermeras de la sala de guardia del hospital, quienes examinaron al joven Torres cuando la custodia policial de la comisaría Tercera, lo trasladó hacia la comisaría Primera, donde finalmente quedó alojado.