Como todos los 7 de agosto numerosos fieles llegan en sus vehículos, en bicicleta y hasta caminando al santuario en el cabo Domingo.

En un año de particular necesidad fueron vistos muchos menos que en temporadas anteriores y la gran mayoría para agradecer la posibilidad de poder tener una fuente laboral.

Muchos piden por los demás y la situación general en lo económico y laboral en una de las costumbres religiosas mas arraigadas de nuestro país pidiendo por Paz, Pan y Trabajo.