Así se manifestó el director del Servicio Penitenciario, Ariel Ciares, respecto de la muerte el pasado jueves del interno Carlos Adrián Pérez de 61 años, en la sala de espera de la guardia del Hospital Regional Río Grande.
Ciares expresó, “lo que tenemos como constancia es que él había solicitado en horario de esa mañana ser trasladado al hospital o a una atención médica porque se sentía mal, tenía algunas dolencias. Entonces 12.10 aproximadamente se lo saca del lugar donde se encontraba alojado, que es el Anexo 2, un lugar con medidas restrictivas y de seguridad mucho más leves, porque atento a la edad que él tenía y que era un interno sobre todo de buena conducta. Entonces se lo trasladó en un móvil oficial, se bajó inclusive caminando desde el anexo hasta el móvil y fue trasladado al hospital”.
“Una vez que llegó ahí se procedió a hacer el triaje por parte de la gente del hospital y después más o menos una hora y media posterior, o no tenemos bien en claro eso, empezó a sentirse mal y el personal de custodia le avisó a la gente del hospital para que lo atienda. Entonces lo proceden a ingresar a la sala de shockroom y ahí se determina posterior el deceso, 14.10”
En cuanto a la denuncia de la familia de Pérez respecto a la Salud del interno, explicó, “la asistencia médica está cubierta cuando nosotros no tenemos médicos a través del hospital, un interno se siente descompuesto, mal, se lo lleva al hospital. El día 28 de octubre de hecho lo habían trasladado y fue atendido por gente del hospital, el defensor de él, el doctor Palladino, había presentado un Habeas Corpus en el horario de la tarde y la jueza interviniente, la Jueza de Ejecución, determinó que era abstracto, porque nosotros ya lo habíamos llevado al hospital”.
La familia del interno reclamaba que no se le había permitido el ingreso de alguna medicación; “nosotros no permitimos el ingreso salvo que esté prescripto. Y primero pasa por todos los controles que son requisitos en principio y después se da conocimiento de sanidad para que dé lo que hay en el caso que eso lo amerite. Pero todo lo que es la medicación y la atención médica ocurre, si tenemos el médico, por la unidad en principio y después por el hospital”, expresó Ciares.
Respecto de la patología del interno y que falleciera de un presunto infarto, Ciares expresó, “el Habeas Corpus por lo que refiere el defensor, era por una dolencia de angina y fiebre, o sea, no estaría vinculado aún a otra cosa más gravosa”. “Yo no soy el idóneo para decir qué patología tenía, lo que sí entiendo es que no era algo grave porque si no ya el defensor habría solicitado una prisión domiciliaria u otro tipo de permisos para una salida o los médicos, tanto del hospital como del servicio, habrían tenido una atención distinta o especial con respecto a Pérez, pero no fue el caso, no se observaba nada fuera de lo normal”, concluyó.
