La situación de Ángel Gordillo no parece tener una solución a la vista, al menos en lo inmediato, ya hace siete días que tomó la decisión de comenzar una huelga de hambre y se mantiene encadenado en las puertas de una de las plantas de la fábrica Mirgor.

«Yo tomé esta decisión y nadie se preocupó por mi, tuvo que venir una compañera que es enfermera a revisarme, ella fue la que ordenó que me coloquen suero», afirmó Gordillo en diálogo con Aire Libre FM.

Por otro lado, confirmó que realizó una presentación ante el Superior Tribunal de Justicia apelando a la medida que tomó la justicia. «Ahora deberemos esperar para ver cuanto tarda esa apelación porque yo ya fui condenado y despedido en tiempo récord», indicó el trabajador.

Para concluir, manifestó «ya dejamos de creer en la Justicia después de lo que nos pasó». Además, agradeció a toda la gente que se preocupa por su situación, pero dijo que los que deberían preocuparse de verdad no están»