El 28 de septiembre de 2008 Sofía desaparecía en el camping John Goodal a 50 kilómetros al sur de Río Grande, a donde había llegado en compañía de su familia y una familia amiga con otros niños, quienes buscando un fogón la perdieron de vista para no volver a conocer de su paradero.
Al cumplirse hoy 13 años de esta desaparición, hoy es de destacar que en la causa judicial sigue sin poder darse con el paradero de José Rigoberto Díaz Aguila de 51 años, quien es buscado por Interpol ante su posible paradero en Chile.
Díaz Aguila es el segundo imputado que tienen este frondoso caso –luego de la descartada hipótesis de culpabilidad del cuidador del camping-, ya que este hombre fue buscado como posible testigo en la causa, y desde hace un año atrás se lo marcó como potencial sospechoso en la desaparición de Sofía, al tratarse de una especie de nómade rural.
Díaz Aguila años atrás relató en un bar a un policía encubierto de saber quien, y donde, habría matado a Sofía en el campo; tratándose de una persona con antecedentes e incluso problemas mentales, lo que lo terminó posicionando como potencial sospechoso.
Su andar errante torna difícil su ubicación por lo que desde el juzgado de instrucción 1, que lleva la causa a cargo del Dr. Daniel Cesari Hernández, se ordenó pedido de captura que se tramita por Interpol ante las sospechas de que este hombre estaría vagando por el sur de Chile.
El trámite lleva más de un año sin novedad.