Los elementos consistieron en heladeras, televisores y notebook que el 29 de marzo de 2014 fueron hallados abandonados en la ruta, en proximidades a la frontera de San Sebastián, donde esa noche se montó un operativo sorpresa a sabiendas de una maniobra de contrabando en la que se sospechaban participaban operadores privados y aduaneros. La por entonces administradora Sandra Pagnussat encabezó ese operativo sorpresa, pero la información se filtró y se abortó la maniobra, llegando a la frontera la combi sospechosa que fue requisada, sin hallarse absolutamente nada. Con las luces del día siguiente este cargamento de 35 bultos, donado ayer, fue hallado tirado al costado de la ruta entre los dos pasos fronterizos. Las sospechas apuntaban a un grupo de operadores aduaneros, privados y de la propia Aduana, tomando parte de un contrabando permanente de productos electrónicos desde Chile, pero increíblemente la situación no se siguió investigando. Llamativamente esta situación llegó a la Justicia Federal, desde donde el fiscal Marcelo Rapoport pudo haber impulsado una investigación pero nada de ello ocurrió. Incluso el año pasado ante la denuncia de un particular ante la Justicia Federal por este episodio, se señaló que los elementos “ya habían sido donados”, “desconociéndose” sus destinatarios. Ayer al momento de realizarse la donación de esos mismos elementos “ya donados”, el abogado de la Aduana, el Dr. Armando Mirabelli, fue contundente, “estos elementos siempre permanecieron acá en el depósito de la Aduana, en custodia de la Aduana”. Televisores de alta gama, heladeras de alto valor y notebook con sus números de serie, embalajes y elementos que podrían haber servido a una investigación seria que siguiera la trazabilidad de su comercialización, a fin de llegar a los responsables de la compra e intento de contrabando. Los elementos estuvieron tres años en un depósito aduanero sin nadie con la intención seria de investigar. ]]>