Fueron casi dos meses de prisión los que debieron afrontar Alberto Torres y su hijastro Leandro Emanuel Acuña, quienes vivían en las inmediaciones del sitio donde el 20 de enero fue asesinado el jubilado municipal, Juan Carlos Lucena de 68 años. El viernes por la noche recuperaron su libertad.

Ahora por este hecho solo quedan detenidos los procesados por homicidio doblemente agravado; Facundo Oscar Mancilla de 21 años y Eduardo Javier Acosta de 24, quienes quedaron registrados en una cámara de seguridad como los autores del brutal hecho.
Y es que en los primeros momentos de la investigación se llegó por un testimonio endeble a la posibilidad de que ambos homicidas se lavaron en la vivienda de Torres, situada a pocos metros del lugar del crimen, aunque no había elementos firmes que así lo indicaran.

Sin embargo Alberto Torres tuvo el infortunado acto de sacar la basura con paños ensangrentados, que pertenecían a su esposa, pero que los investigadores vincularosn al homicidio. De esa manera se allanó su vivienda y también quedó detenido su hijastro, Leandro Emanuel Acuña, quien presentaba una prenda de vestir con una pequeña mancha de sangre que nada tenía que ver con el crimen.

Ambos hicieron su descargo pero nadie les creyó, a pesar de que ningún elemento serio los incriminaba más allá de tener que esperar a un resultados de ADN para determinar la procedencia de la sangre, en los paños tirados en la basura.

Este trámite demoró casi dos meses, en los que ambos estuvieron procesados, perdiendo su libertad, además de numerosas peripecias por las que atravesó esta familia como la pérdida de una oportunidad laboral e incluso del desalojo de la vivienda del barrio Textil, que fuera alllanada, de la cual fueron echados la mujer e hijos de Torres.

Finalmente el pasado viernes por la noche se conocieron resultados parciales negativos respecto del ADN de la sangre, que no correspondía a la víctima, y el juez Daniel Cesari Hernández dictó la falta de mérito en relación al delito de “encubrimiento” de ambos y su excarcelación.

Ahora deberá esperarse a la producción de otros elementos de prueba que definan si son sobreseídos definitivamente.