La declaración del imputado y detenido, el agente policial Facundo Lima, tuvo soporte probatorio con audios de WhatsApp de la denunciante con manifiesta violencia verbal y amenazas de “detención”, además de videos comprobando los daños ocasionados antes del arribo del hombre a su casa, donde la mujer ya estaba.

El incidente que se suscitó el 1 de enero tras una salida traumática al boliche, del cual fue echada la mujer, tiene una denuncia por “lesiones calificadas por el vínculo” que solo tienen sustento probatorio en los dichos de la denunciante y de una testigo –amiga suya- quien no está en la provincia y dice no tener celular para comunicarse con el tribunal.

En la primera jornada del juicio Lima declaró en indagatoria y relató sufrir un hostigamiento permanente por celos, refiriendo esa causa como el motivo por el cual la mujer fue echada del boliche.

Lima salió por otra puerta y se fue caminando a su casa en la margen sur, donde la mujer llegó en vehículo mucho antes, presentando una filmación que tomó a modo de precaución (tuvo 4 denuncias anteriores de la misma mujer) donde se ve la casa destrozada y la mujer durmiendo.

En ese interín antes de arribo recibió una andanada de violentos mensajes de voz de WhatsApp e incluso con posterioridad a su arribo, tomó más videos en los que la mujer –una vez ya despierta- lo amenazaba con mandarlo a “meter en cana” y hacerlo “echar de la policía”.

La denunciante fue confrontada con audios y videos

La versión de la mujer fue diametralmente opuesta, dijo no ser una persona violenta y sufrir permanente hostigamiento de su pareja por su forma de vestir y aislándola de su círculo íntimo.

Ello fue rápidamente contrastado por la propia fiscalía que le hizo notar que esa madrugada salió precisamente con una amiga y el imputado, y allí comenzaron las numerosas contradicciones.

La denunciante Muñóz desconoció haber sido echada del boliche por pelear con otra mujer, refiriendo que la sacan cuando reacciona a un cabezazo que le habría dado Lima. Incluso refiere que se fue a su casa porque el imputado se llevó su cartera, cosa que se observa en las cámaras no fue así, y allí corrigió que le decía “cartera” a un monedero pequeño donde tenía sus tarjetas.

Los audios de WhatsApp enviados luego a Lima no refieron a este elemento sino a permanente cuestiones de celos sentimentales y amenazas reiteradas de acabar con su carrera policial y libertad.

Incluso Muñoz fue confrontada con sus audios de voz y los videos, para terminar reconociendo que también tiene una personalidad violenta, “pero él es más vivo, me violentaba por llamadas y no dejaba registro”, refirió pidiendo al perito de la corte que recupere esos llamados.

Finalmente intentó negarse a responder preguntas de la defensa, a lo que estaba obligada a decir verdad bajo juramento, y terminó negando que fuera ella quien aparecía en los videos aportados por la representación legal de Lima.

Ante este cuadro de situación la propia fiscalía y la defensa desistieron de todos los testigos y acordaron alegar el próximo martes, en una causa plagada de dudas con un hombre que lleva 6 meses detenido sin elementos de prueba objetivos y una denunciante que podría verse complicada penalmente a la luz de dichos incriminatorios a una persona envueltos en permanentes contradicciones.

El tribunal asimismo recibió de la fiscalía un informe en el que se aportaron un total de 44 denuncias que involucran a la misma mujer, entre acusaciones cruzadas con ex parejas y sus familiares, además de acoso a otras mujeres por redes sociales.

Incluso en ese informe se aportaron 4 denuncias presentadas anteriormente contra Lima, todas actualmente desestimadas, una incluso por un abuso sexual por el que Lima estuvo detenido 24 horas y luego la denunciante se desdijo.