Tenía 12 años y el Covid no la perdonó. Se llevó su vida en ocho días, aunque su agonía y su pelea por vivir llevaba su misma edad. Es la primera fallecida pediátrica de Santa Cruz. Murió en la madrugada del lunes en el Hospital de Río Gallegos, donde había llegado el domingo por la tarde en grave estado en compañía de su mamá.
La niña tenía síndrome de down, obesidad severa y cardiopatía congénita, de la que había sido operada. Su triste final comenzó el 22 de mayo cuando en el hospital de San Julián, su pueblo de origen, le dio positivo el test de coronavirus.Según les contó la madre a los profesionales de la terapia intensiva pediátrica, desde ese mismo día 22 la medicaron y la enviaron a su casa. Pasó lo mismo en los días siguientes hasta que el viernes 28 debió ser internada porque su estado era grave.
“El día 30 nos piden la derivación, para nosotros un poco tarde. La enviaron en una ambulancia junto con la madre que por supuesto se contagió también”, le contaron a Clarín fuentes médicas del hospital. Y agregaron: “Llegó el domingo por la tarde ya intubada y en la madrugada del domingo falleció producto de una miocarditis aguda. No se pudo hacer nada”.
“Ella tenía gran compromiso clínico y pulmonar y también desde el punto de vista cardiológico cuando llegó. Para nosotros fue derivada tardíamente”, agregaron los médicos.
Vivía con su madre en San Julián, localidad de unos 20 mil habitantes ubicada en el litoral atlántico de Santa Cruz a 360 kilómetros de Río Gallegos.
La muerte de la nena de 12 años, la de menos edad entre los fallecidos en la provincia, causó un profundo dolor entre los profesionales que la atendieron. Si bien están acostumbrados a vivir situaciones límites, el cuadro que presentaba cuando llegó estaba lejos de tener alguna esperanza de salvarla. Ahora ya no está. El Covid no le dio chances.
Fuente: Clarín