El Gobierno aplazó hasta el 1° de noviembre la actualización de los impuestos que gravan la nafta y el gasoil, que estaba prevista para este mes.

La postergación alcanza a los tributos sobre los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, que por ley deben ajustarse de manera trimestral en función de la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). No obstante, el Ejecutivo optó por diferir su aplicación para evitar un traslado inmediato a los surtidores.

Entre los considerandos de la medida, el Gobierno aseguró que la medida apunta a “estimular el crecimiento de la economía en el marco de un sendero fiscal sostenible”. La actualización automática de estos tributos está prevista en la Ley 23.966, que establece que los ajustes deben realizarse en enero, abril, julio y octubre de cada año.

En paralelo, la petrolera estatal YPF continúa implementando su esquema de “micropricing”, un sistema que permite variar los precios de manera dinámica según la demanda, la competencia y el flujo vehicular.