En ese lugar de privilegio lo colocó el diario La Nación en un artículo donde se cuenta su decisión de construir una casa de verano en Puerto Madryn para los trabajadores de la histórica panadería en Tolhuin y les invita las vacaciones. En tiempos de intranquilidad laboral e incertidumbre una actitud para destacar.

La casa tiene un jardín enorme, 4 habitaciones, y una pileta climatizada. Cada empleado se puede quedar entre 10 y 12 días, llevar a su familia e invitar amigos. Emilio les paga todo, menos la comida. Y esos días no cuentan como “vacaciones oficiales”, así que después cada uno se puede tomar vacaciones aparte.

En la entrevista que Emilio le brindó al periodista Lucas Parera relató que la idea surgió “hace cuatro o cinco años, con mi contador teníamos un sobrante de plata. Porque en nuestra panadería no tenemos problemas, ¿viste?, no tenemos que echar a nadie ni pagar juicios. Nos va bien. Así que se nos ocurrió construir la casa en un terreno que teníamos en Madryn. La construimos para todos, para ellos y para mí.

-¿Y por qué tomaron la decisión?

-Porque nos gusta concentrarnos en el recurso humano. Hacíamos cosas similares desde hace tiempo. Al principio, cuando eramos 3 o 4, compramos unas motos y nos fuimos todos a recorrer el país, por ejemplo. Ahora somos 30. En una panadería se trabaja todo el tiempo, muy intensamente, con el otro. Hay que llevarse bien. A mí me gusta que la gente esté bien y venga a trabajar contenta.

-¿Cómo se manejan con la casa?

-Nos turnamos, cada uno la usa aproximadamente dos semanas al año. Pago todo, con el traslado, menos la comida. Y después aparte tienen sus vacaciones, claro. Es importante tomarse unos días, desconectarse, limpiar la cabeza. A veces venimos juntos, yo ahora por ejemplo estoy acá con mi familia y un empleado que vino por primera vez.

-No es una iniciativa muy usual…

-Pero funciona. Yo vengo de abajo, yo sé qué necesitan los empleados. No puede ser que te estén controlando si llegás 5 minutos tarde, que te descuenten eso del sueldo. Así no se trabaja bien. Hay que cambiar esas cosas.