El científico Adrián Schiavini recordó que Argentina y Chile firmaron un tratado internacional para erradicar los castores de la isla y frenar su avance al continente. Además apuntó que la proteccionista de animales ARAF “no impulsó ningún pedido y de hecho hemos hablado con ellos y han comprendido la situación”, dijo.

“Hace ocho años luego de pensar seriamente todo lo que se había hecho hasta el momento y que no sirvió ni para controlar la especie ni para controlar su avance hacia el continente, firmaron un tratado binacional”, dijo Adrián Schiavini, investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC).

La argumentación que realizó en Radio Nacional Ushuaia surgió a raíz de publicaciones que sugirieron que organizaciones proteccionistas de animales accionarían en contra de la iniciativa para liberar los bosques fueguinos de la presencia devastadora del animal que es plaga en la provincia y se extiende al continente. “ARAF no impulsó ningún pedido y de hecho hemos hablado con ellos y han comprendido la situación”, dijo Schiavini.

Sin embargo, la empresa en la que se embarcaron es tan grande que lo que se programó inicialmente es demostrar que son capaces de liberar pequeñas áreas de presencia del castor. “Si no somos capaces de hacerlo en pequeño no seremos capaces de hacerlo en grande”, sostuvo el investigador.

Se trata de un trabajo inicial de dos años y medio, una muestra piloto de lo que luego debería ser un esfuerzo mucho más amplio.

Y el trabajo –que ya comenzó- se lleva adelante en este momento en la zona de la cuenca del río Esmeralda. “En este momento estamos trabajando en la zona de la cuenca del río Esmeralda que es probablemente la más desafiante al ser una zona de uso público, visitada por la gente, donde van a caminar y hasta llevan mascotas sueltas entonces estamos colocando cartelería y avisando a los operadores turísticos de donde se va a trabajar combinando con ellos para evitar que la gente vaya por donde estamos trampeando porque hay riesgo de lesiones serias”, explicó el biólogo.

Los equipos de trabajo irán avanzando luego por otras zonas. “Luego pasaríamos a la zona del valle del río Pipo y posteriormente al valle del Arroyo Grande, de allí nos moveríamos hacia la reserva Corazón de la Isla en el río Mimica, arroyo Asturiana en la zona de estancias Rolito y Pirinaica, el arroyo Indio debajo del Cerro Jeujepén y finalizaríamos en el arroyo Gama en Estancia Sara”, detalló.

Con este trabajo no solo piensan cubrir paisajes diferentes de la provincia -pasando de la cordillera a la estepa- sino también tierra de propiedad pública y privada. “Nuestro desafío en dos años y medio es erradicar los castores de esas áreas que hemos definido, pero como nunca se hizo este trabajo, no sabemos si realmente lo vamos a poder lograr”, evaluó Schiavini.

¿De qué manera se trabaja? “La liberación se realiza a través de la cacería que no es la tradicional sino a través de trampas, lo que pretendemos es que no quede ningún animal, y lo más difícil es encontrar los últimos animales, que obviamente comienzan a ser los más precavidos que comienzan a evitar la presencia del hombre porque interpretan que algo que está pasando”, señaló.

Una vez liberadas las áreas para lo cual desplegamos un equipo de extracción posteriormente ingresarán científicos y técnicos de distintos organismos para medir indicadores que demuestren si el ambiente está mejorando y volviendo a ser lo que era antes de la presencia del castor. “Tenemos que demostrar no solo que erradicamos el castor sino también la mejora del ambiente”.