Se trata de la obra de reconstrucción de las gamelas que funcionaban como dormitorio de los aspirantes de la Escuela Superior de Policía, por lo que se denunció a la empresa contratista Ryan Construcciones.
La denunciante, Maestra Mayor de Obra, Javiera Pérez Tenorio, dio cuenta de las irregularidades sufridas y que la exponen profesionales respecto de una obra pública en la que figura –de manera apócrifa- como responsable técnico, y que no supervisó.
“Renuncié el 21 de abril del 2022 a la obra, el 8 de agosto del corriente, se comunican conmigo desde Obras Particulares informando que tenía un trámite pendiente por la obra de las gamelas, que me acerque a su oficina. Yo les dije que había enviado mi carta de desvinculación, que estaba en el expediente y acto seguido, me pidieron que se la envíe”, comenzó relatando la denunciante.
“Me fijo en el expediente y el 14 de agosto se actualiza, había una nota del 11 de agosto, que decía que yo desestimaba la nota presentada de mi renuncia. Cabe destacar, que esta nota está cargada en el sistema, tiene una firma que no es mía, no tiene sello y tampoco un sello de recepción”, dijo respecto del ingreso de la misma a Obras Particulares.
“También, el 11 de agosto, se retiraron los planos a mi nombre con firma falsificada, y en el plano figuro como calculista”, dijo respecto del final de obra que increíblemente se permitió retirar a un administrativo de Ryan Construcciones que también figura como imputado en la causa junto al titular de la empresa.
Luego de ver esto, comentó que viajó hacía la Isla y que “me acerqué a Obras Particulares, y cuando pedí mi carpeta me dijeron que estaba retirada, que la tenía el Director de Obras Particulares. Cuando me reuní con él, en todo momento se negó a mostrarme el expediente, solamente me lo mostró de manera virtual”, dijo respecto del director denunciado y notificado de derechos y garantías, Lucas Farías.
Finalmente, aseguró que “presenté toda la documentación en el Juzgado, durante un año se trabajó en una obra con mi firma y mi nombre, y yo ni enterada, hoy no sé si no tengo otras obras a mi nombre”, concluyó la profesional.
Al respecto trascendió que la Justicia ordenó paralizar toda actividad en torno a esta obra, la cual estaba en su etapa final casi terminada, siendo ahora una incógnita la entrega de la misma. Ello en razón de que toda obra debe guardar una especie de garantía por parte de un profesional responsable ante la posibilidad de “vicios ocultos” por los siguientes 10 años a entregada.
Quien figuró en todo momento en esta obra como responsable, así como en el cartel de obra, fue esta profesional a la que se le fraguó la firma, por lo que todo lo construido no cuenta con el aval de un profesional técnico responsable ante la eventualidad de fallas a futuro.
Una situación extrema podría ser incluso que hasta lo construido de manera irregular tenga que ser desmantelado y reconstruido, esta vez bajo supervisión profesional de manera regular.