El referente de choferes particulares de la plataforma UBER, Matías Maturano, expresó su preocupación por el proyecto que analiza el Concejo Deliberante de Río Grande para establecer un sistema de cupos y nuevas exigencias en el registro de conductores, vehículos y empresas del sector.

Maturano advirtió que el esquema propuesto “limita el mercado” y que podría favorecer a determinados actores si no se realiza previamente un estudio de mercado serio. En ese sentido, señaló que, si se habilitaran 800 cupos, “quienes hoy cumplirían con todos los requisitos serían solo taxistas y remiseros, dejando afuera a muchos trabajadores independientes”.

Uno de los puntos más cuestionados desde los UBER es la antigüedad de los vehículos. Según explicó, el borrador que circuló en redes sociales —similar al dictamen impulsado por el concejal Ibars— establece que los autos no podrán superar los 10 años de antigüedad, como ocurre con taxis y remises.

“Si esto entra en vigencia en 2026, tendría que tener un auto 2016 en adelante. Yo tengo un 2011. Quedaría afuera y otra vez empujado a la ilegalidad”, planteó.

Maturano también se refirió al canon que deberían pagar los inscriptos en el sistema: 100 unidades fiscales cada dos meses. “Son unos 100 litros de nafta bimestrales. Y esa plata iría a una cuenta administrada por el Concejo para destinarla a los taxis”, cuestionó, recordando que el taxi es considerado un servicio público, a diferencia del remis y del transporte privado de pasajeros.

Si bien consideró necesario que la ciudad cuente con controles y regulaciones, rechazó que el Estado ponga “todo su aparato para perseguir a personas que están laburando”.

“Con el déficit de empleo que hay, no puede ser que en vez de ayudar a quienes trabajan con su herramienta, se termine protegiendo el kiosquito de dos o tres”, afirmó.

Maturano también apuntó a la contradicción política del oficialismo local: “Hablan de soberanía, de defender el territorio, se unieron para las elecciones con ‘Defendamos Tierra del Fuego’, pero con esto no defienden nada. Solo dejan afuera a más vecinos que necesitan ganarse el pan”.