En una extensa entrevista realizada en Neura, el presidente habló sobre la polémica con el gobierno fueguino la semana pasada en el acto en la Base Naval donde recibió a la general estadounidense Laura Richardson.

“Estábamos en reunión de gabinete y frente al desplante del gobernador de Tierra del Fuego me subo al avión y voy yo a saludarla”, dijo reconociendo que no estaba prevista la visita, “yo la iba a ver el día que nos entregaron el Hércules, pero frente al desplante del gobernador de Tierra del Fuego viajé. Yo aviso”.

“La general es de cuatro estrellas, la máxima distinción que tiene Estados Unidos es de 5 estrellas y solo hay seis que son de la Segunda Guerra Mundial, no es que vino a la Argentina cualquier persona”, dijo diferenciándose del gobernador Melella, y ratificó, “vamos a hacer esa base, trabajamos en esa base del lado argentino fui vestido como comandante en jefe de las fuerzas armadas, acorde a la situación”.

“Mi aliado es Estados Unidos y vaya que nos están apoyando, fue el acto de mayor soberanía de los últimos 40 años, hacer la base en Ushuaia nos avala el reclamo sobre la Antártida, es la capital de Tierra del Fuego y todas las islas del Atlántico Sur, es el primer paso para empezar a pensar la recuperación de Malvinas”, dijo, expresando que ello “es un proceso a largo plazo”.