El documental de Gauchos del Mar cuenta la odisea de Joaquín y Julián Azulay por buscar la ola más austral del mundo y apoyar la creación de un área de protección marina en el continente blanco para proteger el krill. Está narrado por Darín y con música del Chango Spasiuk. El estreno en Ushuaia de “Antártida – Dominio 1 será el sábado 13 de septiembre en la histórica sala de cine Pakewaia.

“Estábamos con el ancla puesta y amarrados con cuatro cabos a la costa, pero el viento era tan fuerte que cortó uno, el barco derivó y quedamos encallados contra las piedras”, cuenta Joaquín Azulay, uno de los dos hermanos de Los Gauchos del Mar que acaban de lanzar Antártida – Dominio 1, un documental que se mete en el continente blanco, en la  “naturaleza pura y cruda”, para apoyar la creación de un área marina y surfear la ola más austral del planeta. Con vértigo y una exposición constante al peligro, Antártida – Dominio 1 es un llamado a la conservación, a salvaguardar la Antártida. Con imágenes impactantes muestra las consecuencias del calentamiento global en el continente, la amenaza por pesca intensiva de krill y la importancia de las Áreas Marinas Protegidas. 

Gauchos del Mar ya lleva siete expediciones y ocho documentales, pero “este es el proyecto más grande y desafiante que hicimos tanto desde la producción como del mensaje y la causa”, detalla Joaquín. Sufrieron tormentas apocalípticas, vientos de 90 nudos y hasta el ataque de un lobo marino mientras surfeaban. “Cuando te sometes a la naturaleza estás de alguna manera regalado”. Pero no todo es aventura sino que tienen el fuerte mensaje de apoyar la creación de un área de protección marina, el Dominio 1. “Hoy la Antártida está amenazada por el cambio climático y es la reserva de agua dulce más grande del mundo, el aire acondicionado del planeta. Regula las temperaturas de la tierra y mar”, explica Joaquín Azulay. 

La película tuvo su propio proceso de maduración: “con el tiempo fuimos entendiendo que más allá de buscar nuevas fronteras y expandir el límite de las olas para surfear, también podíamos sumarnos a causas que estaban olvidadas o que necesitaban un poco más de visibilidad.  Cuando pensamos en ir a la Antártida, la expedición navegando era atractiva pero ya estaba hecha; también ya había gente que fue a surfear. Ahí dijimos: vamos a buscar entonces la ola más austral del mundo. Después, investigando, dimos con que en la Antártida había una causa para crear un Área Marina Protegida. Ahí dijimos: ‘este es el próximo proyecto’”, explica Joaquín Azulay.