El director ejecutivo de la Agencia de Recaudación Fueguina (AREF), Arturo Capellano, reclamó la sanción de una nueva ley de Coparticipación Federal para evitar el “ahogo” financiero de las provincias ante la aplicación de la reforma tributaria y del consenso fiscal que le quitó recursos a esas administraciones, que ahora dependen de la ayuda del Estado nacional.

En una entrevista exclusiva con BAE Negocios en el marco del II Congreso Internacional de Derecho Tributario que se realizó en Ushuaia, Capellano instó por la aplicación de nuevas tecnologías para convertir el sistema autodeclarativo de los contribuyentes en uno en donde el Estado determine la imposición que corresponde aplicar.

A continuación, la entrevista completa:

—¿Cómo se equilibran los ingresos provinciales a partir una caída en la percepción de los impuestos por el consenso fiscal?

—Hoy justo uno de los panelistas, Gustavo Naveira de Casanova, mencionó el tema de la ley de Coparticipación federal. Como opinión personal, hace dos años a nivel nacional en donde le faltó una pata porque se hizo una reforma atada a un consenso fiscal en donde las provincias se comprometían a resignar ciertos recursos para bajar la presión tributaria. Pero no se debatió en una nueva ley de Coparticipación federal, para saber qué impactos financieros iban a tener las provincias luego de esa reforma tributaria y de ese consenso fiscal, y ver cómo íbamos a repartir los recursos a las provincias que financieramente puedan funcionar y no estén ahogadas. Es bueno aclararlo porque desde ese momento las provincias vienen perdiendo recursos producto del consenso fiscal.

—Las provincias son acusadas por ejercer presión impositiva extra a través de los Ingresos Brutos, ¿qué responden?

—Los recursos propios son Ingresos Brutos, Sellos, Impuesto Automotor, Inmobiliario e Impuestos Hidrocarburíferos para algunas provincias. Se debe hacer una reforma tributaria completa y no por la mitad, porque hacer un consenso en donde obligo a las provincias a resignar recursos y no tocar la ley de coparticipación federal, no ver cómo van a estar financiadas y con qué recursos van a contar en el futuro, las pone en una situación de ahogo que las obliga a llamar a la Nación para ver cómo se adelantan giros para cubrir gastos propios de la jurisdicción para seguir funcionando. Esa es la realidad de las provincias. Así que si estamos pensando en otra reforma tributaria, tiene que ser completa.

—¿Cómo fue la experiencia de Tierra del Fuego para desarrollar una agencia con planificación centralizada?

—Hasta el 2015 estaba la Dirección General de Rentas que dependía de la Secretaría de Ingresos Públicos de la Provincia. Cuando creamos la Agencia de Recaudación Fueguina, a través de la ley 1075 en 2016, se fusiona Catastro y luego se incorpora la parte de recursos hidrocarburíferos. Cuando llegamos en 2016 vimos que la provincia estaba muy atrasada en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones tributarias de parte de los contribuyentes, e hicimos en trabajo muy fuerte en la presentación de declaraciones juradas vía web, de incorporación de volantes electrónicos de pago. Pusimos muchos énfasis en modernizarla y traer a la AREF a lo que realmente son las administraciones tributarias de la actualidad.

—¿El sistema argentino está en línea con el desarrollo de los sistemas tributarios internacionales?

—En la Argentina tenemos un sistema que es autodeclarativo, que quiere decir que el contribuyente cumple con sus obligaciones tributarias y el fisco luego las controla para ver si están bien o si le tiene que hacer alguna determinación de oficio para que ajuste lo que dejó de ingresar. Hay otros países, como en Estados Unidos en donde no existe ese sistema y con el vencimiento de tus impuestos va una carta a tu casa donde te dice lo que tenés que pagar, dónde y cómo pagarlo. Ojalá que con el avance de la tecnología, las administraciones tributarias de la Argentina y la misma AFIP, que entiendo que está trabajando mucho para eso, pueda tener toda la información para poder que el organismo diga lo que se deba pagar. De esa manera se gana en agilidad y se reduce mucho la evasión fiscal.

—¿Cómo afectó la crisis a la recaudación?

—En Tierra del Fuego se sintió de manera más importante en Río Grande que en Ushuaia, ya que en ésta ciudad predomina el turismo y al tener el tipo de cambio elevado se incrementó el consumo. Desde la administración tributaria siempre hay que hacer un análisis del contexto en que se está viviendo porque cuando hay una crisis a nivel nacional afecta al consumo, a los contribuyentes que lo primero que hacen es dejar de pagar impuestos. Por eso la administración tributaria en esos casos tiene que salir a dar ciertas herramientas. En los cuatro años enviamos a la Legislatura una ley para aplicar una moratoria que condone intereses, ciertas multas de acuerdo al acuerdo en que el contribuyente se acogía, y esas herramientas son muy buenas para situaciones de crisis en donde se incumplen en sus obligaciones tributarias.

—¿Cómo afecta la inflación a la recaudación y si existe un plan para equilibrar pérdidas en ese concepto?

—A nivel local, de acuerdo a la experiencia de estos cuatro años, recién en el año 2018 nosotros pudimos ver un crecimiento real en la recaudación. Cuando hicimos el análisis vimos que surgió a partir de las fiscalizaciones que hicimos en el inicio de la gestión en 2016 cuando notamos que los contribuyentes del Convenio Multilateral, que son los que tributan cuando tienen actividad en más de una jurisdicción, declaraban base imponible en jurisdicciones en donde tenían saldo a favor y podían disminuir sus tributos, y no declaraban en Tierra del Fuego lo que debían tributar. De ese modo, recuperamos un montón de recursos que no se habían pagado de 2015 para atrás producto de que no se controlaba o de que los contribuyentes no sentían esa presunción de riesgo de que el fisco local no los iba a buscar.

El impuesto a los Ingresos Brutos va atado a las ventas y sobre la inflación, y si aumenta los precios y se vende, aumenta la recaudación. Pero cuando hablamos de un crecimiento real, nosotros lo logramos gracias a esa fiscalización a partir del contribuyente del Convenio Multilateral.