Los magníficos ejemplares bajan de la zona cordillerana ante el intenso frío y la escasez de alimentos hasta este improvisado apostadero de cara al mar, en la costa de Río Grande.

https://www.instagram.com/p/CC9GGpFpYUm/?igshid=zuz46do78q0u

El fotógrafo y especialista en el avistaje de aves; Luis Benegas, pudo captar en video estos ejemplares.

“Es común todos los años ocurre, pero la gente no suele observarlos. Por lo general saben llegarse uno o dos, pero con este invierno atípico con estas bajas temperaturas que no se daban hace muchos años, siempre se vienen para estos lados porque en la cordillera está más frío y no hay suficiente alimento”, comentó Luis quien trabajó en ornitología en el museo municipal Virginia Choquintel.

“Son aves carroñeras que no saben cazar y aprovechan cualquier animal muerto, por lo que suelen salir en los horarios diurnos,  pero ya por la tarde comienzan a regresar a los apostaderos”. Agregó.

“En lo personal es la primera vez que veo tanta cantidad que llamó mi atención”, concluyó Benegas.