En la jornada de hoy se realizaron los alegatos en el juicio por estafa que atraviesa Susana Ancalipe.

La relación de las víctimas con esta mujer, quien claramente tenía una sociedad junto al condenado Carlos Pérez, inducía a los clientes para llevarlos a una transacción con Río Grande Construcciones.

Ancalipe mostraba tipos de materiales en una oficina, y una solvencia económica basada en obras realizadas e incluso manejando un rodado marca Audi. Asimismo se encuentra certificado que era quien firmaba contratos y recibos.

Todos los testigos que prestaron declaración mostraron angustia, enojo y llanto por todo el perjuicio producido.

Por último, la imputada pidió perdón por los delitos cometidos, aseguró no querer estafarlos; y no respondió preguntas.