El intendente Claudio Queno dejó inaugurado ayer el período de Sesiones Ordinarias de la mano de un discurso pobrísimo en calidad de conceptos y lineamientos políticos para el año 2018. La comuna, transformada luego en municipio y hoy convertida en un distrito autónomo, a pesar del apoyo permanente de los Gobiernos provinciales, parece condenada al atraso que genera una clase política obsoleta.

El discurso se realizó esta tarde en el anexo del Polideportivo comunal donde la conformación del Concejo Deliberante, presidido ahora por Jeanette Alderete, recibió al intendente Claudio Queno para el discurso inaugural del período de Sesiones Ordinarias.

La clase política provincial asistió de esta forma a un olvidable discurso que giró en sus pocos minutos de desarrollo en torno a obras de servicios básicos encaradas por la provincia, un plan de veredas municipal y anuncios de pavimentación.

El resto del discurso fue un permanente parafraseo de dialéctica política básica, sin sostén concreto y mucho menos profundizando en que lineamientos políticos se sustentarán los diversos aspectos de la gestión municipal que dejó grandes lagunas, una de ellas precisamente la principal de esta localidad que es la asistencia social.

Precisamente este aspecto de gestión es el que sostiene con viejas prácticas políticas a una clase dirigencial estancada en los sillones de mando comunal, tomando como rehén a una comunidad que vive detenida en el tiempo.

Tolhuin aumentó exponencialmente su disponibilidad presupuestaria en todo este tiempo, y a lo largo de los años los discursos de Queno no presentan la menor evolución, de lo cual claramente va de la mano la gestión municipal que ayer se jactó de “mantener los empleados que tenemos e incluso poder incorporar a algunos más”.

Sin anuncios, sin un norte político definido, fue que concluyó el discurso inaugural del intendente de una ciudad condenada al atraso permanente.